Por Guadalupe Rosas
Hoy
es indiscutible el reconocimiento del arte como parte fundamental en la
educación integral del niño, del valor que adquiere al fomentar, desarrollar y
ejercitar la creatividad a través de la práctica de alguna disciplina
artística.
Con
el surgimiento de una nueva pedagogía del dibujo, éste pasó de ser considerado
una materia aislada y prescindible, a ser un medio de expresión y de
conocimiento y una actividad que puede ejercer gran influencia en el desarrollo
biopsíquico del niño.
De
acuerdo con Víctor M. Reyes, profesor de artes plásticas en nuestro país y
autor del magnífico libro Pedagogía del dibujo. Teoría y práctica en la escuela
primaria, los antecedentes y fundamentos del dibujo, sus orígenes como medio de
expresión gráfica se encuentran en el hombre primitivo que es equiparable al
desarrollo que vive la expresión del niño, no sólo como un medio de
representación de la realidad sino también de su interpretación del mundo
exterior. Ambos, por su desarrollo, carecen de criterios de análisis estético y
de sentido artístico, y en ambos también poco a poco se va obteniendo claridad
y se van afinando los movimientos.
Reyes
plantea que los niños han dibujado desde siempre de la misma forma; niños de
ciudad, de campo, de diferentes culturas pasan por las mismas etapas. El niño
evoluciona gráficamente desde que adapta su mano al instrumento hasta que logra
interpretar y representar el mundo que lo rodea. Así podemos comprender cómo en
el niño, dibujar sin aparente sentido es un estimulante de su estructura mental
y base comunicadora consigo mismo y con los demás.
Observar
al niño dibujar y escuchar sus comentarios nos permite penetrar en un vasto
campo de conexiones afectivas, semánticas y asociativas que raramente lograríamos
aprehender.
Cualquiera
que sea el contenido de un dibujo, la técnica utilizada y la calidad del
resultado es producto de la imaginación del creador y da testimonio de su
persona, expresando y traduciendo un momento de su existencia, de su pensamiento
e interioridad. Así es como el dibujo tiene un valor como signo y expresión y
es un sistema simbólico de comunicación, como lo es un lenguaje; un soporte
donde se mezclan y entrecruzan los valores del objeto y los valores de la
persona, un diálogo inconsciente que concilia sujeto y objeto.
Reyes, Vìctor M., Jesualdo
Pedagogía del Dibujo: Teoría y práctica en la escuela primaria
Editorial Porrúa, México, 1986
Reyes, Vìctor M., Jesualdo
Pedagogía del Dibujo: Teoría y práctica en la escuela primaria
Editorial Porrúa, México, 1986